CAPITULACIÓN DE LOS REYES CATÓLICOS CON LOS MOROS DEL VALLE DE LECRÍN

Y TAHAS DE LANJARóN Y DE LAS ALPUJARRAS.-

 

Las capitulaciones de 1500-1501, por el contexto en que se firmaron: las sublevaciones y la reducción del Albaicín, de Güéjar Sierra y de La Alpujarra (1499-1501) y el temor a que se sublevaran Baza, Huéscar y el noroeste de Almería; por la finalidad con que se firmaron y por las mercedes que se concedieron, constituyen un grupo distinto de los tres fijados por el: 1484-1487, 1488-1489 y 1491-1492.

El Albaicín se apaciguó en tres días. Las autoridades locales, temiendo peligros mayores, pidieron refuerzos a los concejos, pero no fueron necesarias. El nombramiento de Enrique Enríquez, el 3 de enero, como comisario real, para que con el Gran Capitán y las autoridades granadinas, entendiera en todos los asuntos, acabó con las divergencias entre Talavera y Cisneros. El conde de Tendilla y el Gran Capitán, ayudados por diez mudéjares, a quienes respetaron la vida y devolvieron sus bienes, sofocaron el levantamiento de Güéjar Sierra, también en pocos días. Los sublevados se entregaron como esclavos, perdieron sus bienes y fueron bautizados.

La sublevación de La Alpujarra tenía otras connotaciones. Desde 1492, allí sólo vivían musulmanes, excepto algunos alcaldes y recaudadores castellanos. Hasta 1500 habían practicado la religión islámica oficialmente y sin presiones de evangelizadores, que no los hubo, porque no abundaban sacerdotes que supieran árabe, para el ritmo evangelizador de Granada; hablaban un dialecto del árabe, y no sabían castellano. Estaban además resentidos por el trato recibido desde que Boabdil y El Zagal dividieron el Reino. Durante la guerra entre ambos, cambiaron de rey varias veces y sólo contaron con ellos, para reclutar soldados y cobrarles impuestos. Por petición de Boabdil, quedaron incluidos en la 'Capitulación para la entrega de Granada'. El nombre Alpujarra es el único topónimo que aparece, en once de los cincuenta y cuatro artículos. La razón, que La Alpujarra no había sido conquistada nunca. Para evitar conflictos, la cedieron primero a El Zagal y después a Boabdil.

En las capitulaciones firmadas por los Reyes Católicos, La Alpujarra fue siempre moneda de cambio, lo que les supondría pérdida de tierras y aumento de impuestos, cuando El Zagal y Boabdil vieran minimizados sus ingresos. En la 'Capitulación con Boabdil acerca de sus intereses', le concedieron las tahas de Berja, Dalías, Marchena, Boloduy, Lúchar, Andarax, Jubiles, Ugíjar, Órgiva, Ferreira y Poqueira. Toda La Alpujarra excepto los dos Céheles (la Contraviesa y Jubiley). De la ladera norte, le cedieron Jubiley, porque lo demás es la costa, donde están los castillos de Castel de Ferro, La Rábita y Adra. A esto hay que añadir que, en La Alpujarra, se refugiaron cabecillas del Albaicín que los informaron de que se habían bautizado los de Granada y los de Güéjar Sierra, convenciéndolos de que se habían incumplido las capitulaciones y de que ellos eran el último reducto islámico.

Los alguaciles los concentraron en Lanjarón y en Laujar de Andarax; tomaron los castillos de Castell de Ferro, La Rábita y Adra, nombrando rey, al alguacil de Jubiles, Ibrahin Aben Humeya, abuelo del que fue proclamado rey, en 1568. El rey Fernando, temiendo que pudieran recibir ayuda por la costa, vino desde Sevilla y el 25 de febrero, en Alhendín, se puso al frente de un ejército desproporcionado para tan poco enemigo. Hernando de Zafra los enumera a la reina: 20.000 peones y 2.000 caballos de Córdoba, más los de Sevilla y del conde de Medina Sidonia, que no cuantifica, para ir contra Lanjarón, y por el extremo oriental: 15.000 peones y 1.500 caballos del obispado de Jaén y la Orden de Calatrava, más los de Murcia, que tampoco cuantifica.

El conde Lerín derrotó a los de Laujar, volando la mezquita donde se refugiaban las mujeres y los niños. El rey Fernando, con el alcaide de los Donceles; el conde Cifuentes; el comendador de Calatrava; Alonso de Aguilar, el Gran Capitán y otros caballeros, cercó el castillo de Lanjarón, que se rindió el 7 de marzo y, días después, el de Castel de Ferro. El Gran Capitán, que llevó la iniciativa en la batalla, fue solicitado por los vencidos para negociar, porque hablaba árabe, entregándoseles como rehenes, treinta y tres de los principales.

Los sublevados tuvieron que entregar los castillos, las armas y los caballos, y pagar 50.000 ducados, que con los tributos que ya pagaban: el impuesto morisco, las alcabalas, dos castellanos desde 1498, el encabezamiento por seis años y el diezmo de todos los frutos, como los cristianos, los dejaban derrotados y en la ruina.

Los Reyes volvieron a Granada el 23 de julio, con el propósito de acabar con la Granada Islámica y para ello, estimularon la conversión de La Alpujarra, Tabernas, Baza y Huéscar, con capitulaciones en las que igualan sus tributos a los que pagaban los cristianos, concediéndoles otras mercedes.

Las dos versiones de la 'Capitulación del Valle de Lecrín y Tahas de las Alpujarras', firmadas el 30 de julio de 1500, son distintas en extensión y en contenido. Coinciden el encabezamiento, el preámbulo, la exención de impuestos moriscos y alcabalas, la orden para que los convertidos dejen de pagar el encabezamiento, quedando en vigor, para los que no se convirtieran, y el mandamiento para que la asienten en los libros y arrienden las rentas de los que se convirtieren.

El texto que publicamos, que debió ser la primera redacción, es excesivamente escueto y contundente. Estaba reciente la sublevación y no debía haber buena disposición para hacer concesiones. No se incluyó la exención de los 50.000 ducados y la devolución de los bienes confiscados. El texto publicado por el Profesor Ladero, que podría responder a una reclamación de los mudéjares, a través de los alguaciles, tiene siete artículos más. Tres, les son favorables: a los que se convirtieran, les eximen de pagar lo que les correspondía de los 50.000 ducados, por el levantamiento, debiendo pagarlo los que se convirtieran después; devuelven a los hijos de los que murieron y fueron cautivados en Lanjarón y en Laujar de Andarax, los bienes de sus padres, en el Valle de Lecrín y en La Alpujarra, y les liberan los cautivos anteriores a la sublevación.

Otros tres, son castigos más que mercedes, porque derogan artículos de la 'Capitulación para la entrega de Granada': que todas las causas sean determinadas por nuestras justicias, por las leyes de nuestros reinos, como los cristianos; que las recaudaciones para los pobres se gasten (sólo) en los pobres cristianos, y que entreguen libremente, los cautivos que, durante el levantamiento, llevaron a África. La dispensa de alojamientos gratuitos, en sus casas, estaba en la 'Capitulación de 1491'.

Entre julio de 1500 y febrero de 1501, se firmaron más capitulaciones. El Profesor Ladero dice que catorce, aunque no las cita. Hasta ahora, además de ésta, se han publicado las de Tabernas, 18 de septiembre de 1500; Baza, 30 de septiembre de 1500 y Huéscar, 26 de febrero de 1501. Estas capitulaciones tienen la misma estructura y coinciden en la exención de tributos. Llama la atención la de Tabernas porque incluye la generosa recompensa, a los dos alguaciles y a su cuñado, por ser los inductores a la conversión.

 

Profesor Ladero

FAUSTINO RODRÍGUEZ MONTEOLIVA/Diario Ideal de Granada/29/11/04, Pág. 23           

Salvador Cifuentes, “Grupo de Amigos El Pingurucho

Granada, 1 de Diciembre de 2.004

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